Finanzas Sostenibles: la rentabilidad con mirada de futuro
La sostenibilidad se ha convertido en un pilar de competitividad para las empresas que, cada vez más, destinan sus recursos económicos a proyectos que generan valor en tres dimensiones: económica, social y ambiental. Bajo este contexto las finanzas sostenibles ejercen de palanca para la transformación.
Con motivo de la Semana de la Educación Financiera, cuyo lema es “Infórmate. Planifica. Decide”, vale la pena recordar que la sostenibilidad ya no es un accesorio: es estrategia, gestión de riesgos y acceso a capital en mejores condiciones. Las finanzas sostenibles se han convertido en un motor de transformación para las empresas y la sociedad. No se trata solo de movilizar recursos económicos, sino de orientarlos hacia proyectos que generan valor en tres dimensiones: económica, social y ambiental. Este enfoque demuestra que es posible impulsar el crecimiento al mismo tiempo que se protege el planeta y se refuerza la cohesión social.
¿Qué entendemos por finanzas sostenibles?
La Unión Europea entiende por finanzas sostenibles la integración de criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ASG) en las decisiones financieras y de inversión, para canalizar recursos hacia actividades y proyectos que impulsen un crecimiento resiliente y de largo plazo. Esto significa que, además de evaluar rentabilidad y riesgo, se consideran factores como la mitigación y adaptación al cambio climático, la economía circular, la biodiversidad, la diversidad laboral o la transparencia en la gestión. De esta forma, las finanzas sostenibles garantizan que el crecimiento económico sea duradero, legítimo y compatible con los grandes desafíos de nuestro tiempo. Son inversiones que, además de reducir impactos negativos, generan nuevas oportunidades de negocio en sectores estratégicos.
El “lenguaje común”: la Taxonomía de la UE
Para evitar el “greenwashing” y dar claridad y comparabilidad, la Taxonomía europea define cuándo una actividad económica es ambientalmente sostenible. Exige que contribuya de forma sustancial a uno de seis objetivos medioambientales, que no cause perjuicio significativo (DNSH) al resto y que cumpla garantías sociales mínimas. Es, en la práctica, el lenguaje común entre inversores, empresas y reguladores. Los seis objetivos son: (1) mitigación del cambio climático, (2) adaptación, (3) agua y recursos marinos, (4) economía circular, (5) prevención y control de la contaminación y (6) biodiversidad y ecosistemas.
Impacto en las empresas
De acuerdo con el Informe sobre pymes y sostenibilidad en 2024 elaborado por FINRESP y CEPYME, el 75% de las compañías encuestadas considera prioritario realizar esfuerzos en materia ASG. Adoptar este enfoque conlleva implicaciones directas para la competitividad empresarial:
- Acceso al capital: los mercados financieros valoran a quienes aplican criterios ASG, facilitando mejores condiciones de financiación. Un ejemplo ilustrativo es que la concesión de préstamos mayoristas sostenibles alcanzó los 39.322 millones de euros en 2023, cifra que duplica la financiación verde otorgada por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) en el marco del Plan de Recuperación del Gobierno de España, según la Memoria Social del Sector Financiero 2023 de FINRESP.
- Gestión del riesgo: integrar factores ambientales y sociales ayuda a anticipar crisis regulatorias, climáticas o reputacionales. En España, por ejemplo, el 60 % de las empresas considera que el coste de no atender los riesgos climáticos es muy superior al de abordarlos según un estudio de IE University, lo que evidencia que ignorar estos riesgos supone un pasivo real para las organizaciones.
- Cumplimiento normativo: las nuevas exigencias europeas en materia de reporte y taxonomía hacen imprescindible avanzar en esta dirección. El informe de FINRESP y CEPYME señala que el 86% de las pymes afirma verse afectada por las normativas en sostenibilidad, y un 35% declara sentirse muy impactada por ellas.
Ventaja competitiva: la sostenibilidad se ha convertido en un elemento diferencial para atraer clientes, inversores y talento. De hecho, según un informe de Pacto Mundial de la ONU, el 84% de las compañías en España cree que la sostenibilidad les aporta ventajas competitivas frente a otras empresas del sector, y un 51% asegura que ya ha tenido un impacto positivo en su cuenta de resultados.
Un camino con visión de futuro
Las finanzas sostenibles son una apuesta del presente con visión de futuro. Aunque más del 80% de las pymes reconoce que todavía existen barreras para integrar plenamente los criterios ASG, principalmente por los costes y el tamaño de la empresa, cada vez son más las que descubren en la sostenibilidad una vía de crecimiento, diferenciación y acceso a nuevas oportunidades, demostrando que la rentabilidad y la sostenibilidad no solo son compatibles, sino que se refuerzan mutuamente.
Actualidad relacionada
Volkswagen Navarra, miembro de ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), trabaja cada día por la sostenibilidad de la compañía, buscando ser rentable económicamente a la par que persiguiendo minimizar el impacto ambiental, involucrándose con las comunidades en las que está presente, así como con la plantilla, ya sea a través de mejoras de carácter social como de gobernanza interna. A nivel medioambiental una buena práctica es darle una 2ª vida a cualquier material (piezas o instalaciones), y más si es con un uso formativo.
COMSA SAU, miembro de SEOPAN (Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras), ha realizado diferentes iniciativas dentro de su compromiso por avanzar hacia un modelo de negocio circular y su compromiso con la biodiversidad.
En Alcampo, su compromiso con el planeta se traduce en acciones concretas para optimizar recursos y minimizar los residuos, adoptando los principios de la economía circular como eje fundamental de su estrategia de sostenibilidad.
Grupo Arteche, miembro de CONFEMETAL (Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal), empresa líder en la fabricación de equipos para el sector de la energía, ha implementado un proyecto piloto enfocado en la compensación de energía reactiva en sus instalaciones productivas de Mungia.