Turquía: relaciones económicas bilaterales y oportunidades para las empresas españolas
Enclavada entre Oriente y Occidente, Turquía es una de las economías emergentes más dinámicas y un mercado de más de 85 millones de potenciales consumidores que ofrece interesantes oportunidades de negocio a las empresas extranjeras.

Turquía lleva años en pleno proceso de modernización y estrechamiento de sus vínculos económicos y geopolíticos con Europa. El país sigue manteniendo firme su aspiración a convertirse en miembro de pleno derecho de la Unión Europea en un futuro próximo. En el ámbito de la defensa, Turquía forma parte de la OTAN, donde los recientes conflictos internacionales han revalorizado su papel estratégico.
Economía de Turquía
La coyuntura de la economía turca está tradicionalmente marcada por una elevada inflación y la depreciación monetaria, que no obstante se ven compensadas por el dinamismo de la actividad. El alza de los precios logró controlarse en 2023, pese a situarse cerca del 64% a su conclusión. Por otro lado, la evolución del PIB en los últimos años ha pasado del 11,4% en 2021 y el 5,5% en 2022, hasta bajar al 4,5% en 2023, según datos del FMI. El acceso a créditos a bajo costo que promueve el gobierno turco está contribuyendo a estimular la producción, la inversión y las exportaciones. Además, se han implementado con éxito medidas para abordar algunos los desequilibrios macroeconómicos que han permitido mejorar la confianza y la calificación crediticia del país. En cuanto al empleo, Turquía registró en el pasado ejercicio una población activa de más de 85,2 millones de personas y pudo reducir su tasa de desempleo hasta el 9,4% respecto al año previo. A nivel de distribución de la renta, el Banco Mundial sigue considerando a Turquía como una economía de renta media alta.
La estructura de la economía turca se caracteriza por el peso del sector terciario, que supone más de la mitad de la producción. La industria es también una actividad relevante, así como el sector primario que, a pesar de ser una parte de la economía nacional mucho menor, con un 6,2% del PIB, emplea a una de cada siete personas. Las condiciones geográficas y su clima favorecen el desarrollo de una potente agricultura mediante la explotación de una amplia superficie cultivable. Estas condiciones propicias han permitido a Turquía ser uno de los productores más importantes a nivel internacional de cultivos de diverso tipo, destacando los frutos secos.
En lo que al sector secundario se refiere, la industria representa el 28,3% del PIB y el 27,5% del empleo. Existe una amplia base industrial que se beneficia de un mercado doméstico de gran tamaño y de una población laboral joven, además de contar con un sector privado muy dinámico impulsado por un entorno favorable para los negocios. La industria manufacturera (22,7% del PIB) se centra en los bienes de consumo e intermedios de contenido tecnológico bajo o medio, la metalurgia básica, la alimentación, la automoción, el textil y el sector químico. La construcción ha incrementado en los últimos años su proporción dentro del PIB, alcanzando un 5,6% en 2023.
El sector terciario, el más destacado de la economía turca, con el 54% del PIB y el 57,6% del empleo en 2023, presenta una amplia variedad de actividades que van desde el pequeño comercio hasta empresas de gran tamaño dedicadas a actividades como el transporte, las telecomunicaciones o las finanzas. Dentro de los servicios, merece una mención especial el turismo. Gracias al atractivo de su patrimonio histórico, cultural y natural, este país es uno de los principales destinos turísticos de la región. En 2023, recibió más de 57 millones de visitantes. El sector financiero es sólido y supone un 3,3% del PIB. Los principales bancos son nacionales y algunos de ellos son entidades públicas. La participación de la banca extranjera en el sistema financiero turco es significativa, incluyendo la presencia de una entidad española (BBVA).
Aunque Ankara es la capital del país, el principal foco económico se sitúa en Estambul, en cuya área metropolitana se concentra una buena parte de la actividad empresarial e industrial turca. Otros núcleos relevantes son Esmirna y Bursa.
Las infraestructuras económicas han mejorado mucho en los últimos años y existen importantes proyectos impulsados desde el gobierno para su actualización y para el desarrollo de otras nuevas en áreas como el transporte marítimo, fundamental para un país con más 8.300 kilómetros de costa, las instalaciones aeroportuarias, las comunicaciones ferroviarias y por carretera o las infraestructuras energéticas y de gestión medioambiental.
El desarrollo de la economía turca depende mucho del comercio exterior, sobre todo para importar bienes de equipo y tecnología, que se compensa con la exportación de productos fabricados por sectores intensivos en mano de obra, como el metalúrgico, textil, automoción, electrodomésticos y agroindustrial. Los principales socios comerciales de Turquía en 2023 fueron Rusia, Alemania y China. La Unión Aduanera con la UE ha permitido incrementar notablemente los intercambios con la Europa comunitaria desde 1995.
Turquía ha implementado reformas para fomentar la inversión extranjera, mejorando el entorno inverso, incrementando las asociaciones público-privadas y simplificando procedimientos. La legislación garantiza la libertad de inversión y la protección contra la expropiación. La mayor parte de la inversión que recibe el país procede de países de la Unión Europea.
Relaciones bilaterales hispano-turcas
Las relaciones entre ambos países pueden calificarse de excelentes, con varios acuerdos y convenios vigentes, reuniones bilaterales de alto nivel y el apoyo de nuestro país al ingreso de Turquía en la UE, además de impulsar iniciativas conjuntas como la “Alianza de Civilizaciones”.
Los intercambios comerciales en ambas direcciones se ven reforzados por la Unión Aduanera UE-Turquía, a pesar de existir ciertas restricciones que afectan a determinados productos agrícolas y servicios. Aunque la balanza comercial suele ser equilibrada, recientemente se observa una tendencia desfavorable para España debido a la pujanza de las exportaciones turcas, que se benefician de una mejor competitividad-precio por la depreciación de la moneda nacional.
El valor de las exportaciones españolas de bienes en millones de euros alcanzó la cifra de 6.762 en 2022 y superó los 8.766 en 2023. Las importaciones procedentes de Turquía en 2022 llegaron a los 10.093 millones de euros y bajaron a los 9.120 millones al cierre del pasado ejercicio (ICEX).
Las exportaciones españolas a Turquía se concentran en sectores como automoción, maquinaria y equipos, textil, metalúrgico y químico. Según ICEX, entre 2020 y 2023, más del 100%. Las importaciones turcas a España tienen como principales sectores el de automoción y el textil. La importación de combustibles registró un notable incremento en los últimos años.
Respecto a las inversiones, el “stock” de flujos españoles en Turquía superaron los 3.900 millones de euros en 2021, frente a los casi 50 millones de euros por parte turca.
Oportunidades de negocio
Turquía ofrece un entorno favorable para la inversión extranjera por su importancia a nivel regional, estabilidad política, ubicación estratégica, mano de obra calificada, dimensión del mercado interno y entorno seguro para la inversión. Cuenta con un sector público importante, aunque presenta también un sector privado muy dinámico, con una mezcla de pymes y grandes grupos industriales. La situación geográfica del país ofrece buenas perspectivas para utilizar este mercado como puerta de acceso a otros mercados vecinos de Oriente Medio y Asia Central.
Existen interesantes posibilidades de negocio en el sector energético, aprovechando que Turquía es un punto de conexión en la distribución de gas natural y petróleo entre los países productores de la región y Europa. Son necesarias infraestructuras de transporte de hidrocarburos, como oleoductos o gasoductos, así como refinerías.
También hay oportunidades en la construcción y actualización de infraestructuras de ingeniería civil, infraestructuras de transportes, como ferrocarriles, instalaciones portuarias y aeroportuarias, centrales hidroeléctricas y energías renovables.
La industria de defensa en Turquía es un sector con gran potencial y posibilidades de participación en proyectos para las empresas españolas del sector. Asimismo, en el sector turismo se pueden abrir oportunidades de negocio impulsadas por la estrategia puesta en marcha por el gobierno turco para mejorar la capacidad turística y avanzar hacia la sostenibilidad de esta actividad productiva.
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