CEOE advierte de la delicada situación en la que se encuentra el tejido empresarial derivada del aumento de los costes de producción
En noviembre, la inflación aumentó una décima su tasa de variación hasta el 5,5% interanual, siendo el encarecimiento de los productos energéticos el principal elemento inflacionista.

Las empresas están asumiendo importantes costes de producción, que apenas se están trasladando a los precios finales, como muestra una inflación subyacente en tasas moderadas. Todo esto implica una reducción significativa de los márgenes empresariales en un momento delicado para muchas de ellas tras meses de crisis y restricciones a la actividad.
De cara a los próximos meses de 2022, se espera que el impacto de los precios de las materias primas sobre la inflación general se vaya reduciendo, lo que, unido a que la subyacente continuará en niveles moderados, serán factores atenuadores de la inflación.
Tanto el Banco Central Europeo como la Comisión Europea ven el aumento de las materias primas actual como algo transitorio y se debe evitar, en la medida de lo posible, su traslado a precios finales o salarios para no prolongar su efecto.
La inflación subyacente también crece
La inflación subyacente aumenta tres décimas, situando su tasa de variación en el 1,7% interanual, debido a los mayores incrementos registrados en todos sus componentes. Así, los precios de los Servicios aumentan su ritmo interanual en tres décimas hasta el 1,7%; los precios de los Bienes industriales sin productos energéticos incrementan en dos décimas su tasa de variación hasta el 1,1%; y los Alimentos con elaboración, bebidas y tabaco aceleran su tasa interanual cinco décimas hasta el 2,5%.
Los precios de los Alimentos sin elaboración aumentan en tres puntos porcentuales su tasa de variación interanual hasta el 3,9%. Destaca el incremento de los precios de la carne (1,1% mensual) y del pescado y marisco (1,2% mensual), cuya evolución puede estar condicionada por el aumento de la demanda de cara a las fiestas navideñas, por lo que su efecto sería transitorio.
Los precios energéticos constituyen el componente más inflacionista del IPC, con una tasa interanual del 35,9%, si bien comienza a observarse una moderación de su incremento (39,5% en octubre). Los precios de los carburantes, junto con los de la electricidad y de los combustibles líquidos, mantienen ritmos de crecimiento interanual muy elevados. En noviembre, el precio del petróleo ha roto su tendencia alcista, situándose en promedio en 81,9 $/barril, un 2,3% menos que en octubre, aunque en términos interanuales ha aumentado casi un 95%. En euros, sin embargo, la contención es más moderada, apenas un 0,7% menor que el precio de octubre y con un encarecimiento del 102% interanual. En los primeros días de diciembre el precio del Brent ha bajado hasta los 74,4 dólares/barril, que, de mantenerse, supondría una notable moderación de los precios, con incrementos interanuales del 48% en dólares y de casi el 58% en euros. Las previsiones apuntan a una desaceleración del precio durante los próximos meses, por lo que su repercusión sobre la inflación general se irá reduciendo.
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