Por una Europa más competitiva para todos

De todos ellos, uno sobresale por encima del resto de forma clara y urgente: la pérdida de competitividad de las empresas europeas frente a competidores en Asia o Estados Unidos y la necesidad de revertir esta situación.

Fruto de un intenso debate, las 40 organizaciones empresariales que conforman BusinessEurope, y que representan a alrededor de 20 millones de empresas, suscribieron el pasado 1 de junio la Declaración de Madrid, un documento de conclusiones y prioridades que tuvimos oportunidad de entregar al Gobierno, representado por la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, con vistas a la próxima presidencia española del Consejo de la UE.

Este documento plantea precisamente la necesidad de desarrollar una ambiciosa estrategia europea de competitividad para la cual la autonomía estratégica abierta será una herramienta clave.

Todo ello, bajo el convencimiento, como ya admiten también las instituciones europeas, de que la capacidad de desarrollo y crecimiento de las empresas es la base de la prosperidad de Europa, como destino de inversiones y como sociedad, en general. De este modo, frente a lo que es un diagnóstico compartido -la constatación de que las empresas europeas se están quedando atrás y el riesgo de su deslocalización fuera de Europa-, el mundo empresarial se ofrece una vez más para ser parte de la solución.

El contexto es claro, las empresas afrontan un entorno de enorme complejidad e incertidumbre, tras la pandemia del Covid-19 sufrida y, más recientemente, por el impacto de la guerra en Ucrania, la escalada de los precios energéticos y la necesaria acción por controlar la inflación, que ha derivado en un incremento de los tipos de interés.

Con este telón de fondo, la Declaración de Madrid, en la que se plasma la voz de las empresas europeas, concreta cuáles son sus prioridades para afrontar el problema de la competitividad en el marco de la próxima presidencia española del Consejo de la UE, que dirigirá la política de la UE en un momento en el que hay que tomar el timón de su futuro económico.

En la declaración se fijan hasta cinco ejes claros de actuación, que deben entenderse como un ejercicio constructivo, propositivo y de responsabilidad.

Estos cinco ejes se resumen, primero, en la necesidad de dar un respiro regulatorio al conjunto de las empresas europeas, para ganar agilidad y competitividad frente a terceros, y para reducir el coste que supone el actual tsunami normativo, especialmente difícil de afrontar para las pymes y autónomos, que son suponen el grueso del tejido empresarial.

En segundo lugar, acometer un programa completo para profundizar en la integración del mercado único, eliminando obstáculos normativos a las operaciones empresariales transfronterizas y a los servicios.

En tercer lugar, asegurar el suministro energético a precios competitivos; en cuarto, abordar la actual brecha de competencias, facilitando la innovación y apoyando reformas para impulsar la productividad europea; y, en quinto y último, abrir más oportunidades de mercado a nivel internacional para las empresas europeas.

Confiamos en que estas prioridades sean contempladas dentro de las propias de la presidencia española del Consejo de la UE desde una perspectiva de apertura comercial, en la que también van a ser fundamentales los tratados de libre comercio pendientes, entre ellos, los del Mercosur, México y Chile.

Desde las empresas representadas por BusinessEurope apostamos por una Europa innovadora, atractiva para los inversores, un lugar que facilite la puesta en marcha y desarrollo de negocios, generadora de un clima y un entorno propicio para la empresa.

Son palancas que nos llevarán a sostener a una Europa de la que estamos tan orgullosos y en la que creemos, para que su potencial económico no se diluya entre los polos comerciales cada vez más pujantes para los flujos comerciales y de inversión, como son Asia y Estados Unidos.

Por otro lado, el próximo año 2024 estará marcado, entre otros asuntos, por las elecciones al Parlamento Europeo, un hito en torno al que debemos volver a celebrar nuestra pertenencia a una comunidad que nos ha permitido hasta ahora elevar de forma vigorosa nuestros estándares de bienestar.

Desde BusinessEurope y CEOE apelamos al espíritu europeísta, a construir entre todos una Unión Europea al servicio de todos, y con ese ánimo confiamos en que las empresas podamos ir de la mano de las instituciones para logar los mejores fines en beneficio de todos. Estamos preparados para trabajar juntos, por nuestra competitividad, por nuestra economía, por nuestro futuro.

*Artículo publicado en Expansión