CEOE muestra preocupación ante una posible ralentización en la creación de empleo
En un mes en el que tradicionalmente cae el empleo, a lo que se unen en estos momentos la incertidumbre en el plano nacional e internacional y el aumento de cargas y costes que afectan a la confianza empresarial, descienden los afiliados en 11.583 personas.

El aumento de ocupados en el ámbito de la educación -38.024 más- y el comercio -23.257 más- no ha permitido compensar las caídas producidas especialmente en hostelería -115.539 menos- por el fin de la campaña de verano.
También bajan los autónomos en 1.070 respecto a finales de octubre, con un incremento en los últimos 12 meses en 14.353 personas. No obstante, crece un 0,43%, siete veces menos que en el Régimen General, donde el incremento interanual es del 3,02%.
Por lo tanto, la creación de empleo parece ralentizarse, lo que debe observarse con preocupación pues, pese a encontrarnos en cifras históricas de afiliación en un mes de noviembre -20.806.074 ocupados, continuamos prácticamente duplicando la tasa europea de paro, con 2.734.831 desempleados.
Esta circunstancia es especialmente grave teniendo en cuenta el alto volumen de vacantes que está frustrando el crecimiento de algunos sectores. De ahí que sea imprescindible acertar con la reforma del desempleo que debe servir para generar puentes entre el paro y la vida activa.
Conminados por Europa para cumplir el hito relativo a la reforma del desempleo asistencial, las reformas planteadas por el Ministerio de Trabajo caminan en la dirección contraria para reducir el paro y cubrir las vacantes existentes.
El paro desciende en 24.573 personas, aunque menos que en los dos años precedentes, afectando el descenso a todos los sectores productivos y en especial a las mujeres y los jóvenes.
Como en meses anteriores, destaca la estabilidad en la contratación, con 562.466 contratos indefinidos suscritos en el mes de noviembre, lo que supone el 41,47% del total de los contratos formalizados, y la caída de la temporalidad a mínimos históricos, próximos al 13% de los ocupados, beneficiando en mayor medida a mujeres y menores de 30 años, gracias al esfuerzo del sector privado frente a la realidad del sector público, donde la temporalidad de las mujeres supera el 34%.
En este escenario incierto, con algunos indicios de debilitamiento económico, debemos seguir insistiendo en la importancia de generar una mayor seguridad jurídica, que impulse las inversiones y refuercen la confianza empresarial.
Resulta prioritario impulsar la actividad económica y el crecimiento y la creación de empleo de forma sostenida, acompañando a las personas trabajadoras y a las empresas en este contexto de incertidumbre, sin que ese proceso se vea obstaculizado por medidas que comporten mayores rigideces y costes para las empresas que podrían lastrar el ya amenazado ritmo de creación de empleo.

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