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Economía
12 Feb 2021

La evolución del IPC en 2021 estará condicionada por el comportamiento de los precios del petróleo y la recuperación del consumo

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La evolución del IPC en 2021 estará condicionada por el comportamiento de los precios del petróleo y la recuperación del consumo

En enero, la inflación aumentó un punto hasta el 0,5% debido a la subida del precio del petróleo, que ha frenado el descenso del componente energético, y al repunte de la inflación subyacente. 

El impacto al alza en la inflación de las subidas impositivas es de una décima, tanto en términos interanuales como intermensuales. Estas subidas impositivas afectan, entre otros, al grupo de alimentos elaborados, bebidas y tabaco, y, en concreto, a las bebidas azucaradas. 

A pesar del repunte de enero, la inflación se mantiene en tasas muy moderadas, debido a la debilidad de la demanda. La moderación de precios, junto con el aumento de los costes de producción y de los impuestos que deben seguir asumiendo las empresas, está provocando una reducción significativa de sus márgenes.

La evolución de los precios en 2021 estará muy condicionada por el comportamiento de los precios de petróleo y de la recuperación del consumo.

 

En enero, la tasa interanual del Índice de Precios de Consumo (IPC) aumenta un punto porcentual y se sitúa en el 0,5%, tras acumular nueve meses en negativo. A pesar de este aumento, la inflación se mantiene en tasas muy moderadas, tanto en lo que se refiere al índice general como a la inflación subyacente, reflejando la debilidad del consumo privado y la ausencia de presiones inflacionistas externas. 

La inflación subyacente aumenta cinco décimas y se sitúa en el 0,6%. Analizando sus componentes, se observa que se mantienen en tasas muy reducidas. Así, los precios de los servicios aumentan su variación en seis décimas hasta el 0,5%, los precios de los bienes industriales sin productos energéticos aumentan dos décimas su tasa de variación hasta el 0,3%, y los alimentos con elaboración, bebidas y tabaco aumentan dos décimas su variación interanual hasta el 1,1%. La subida de este último grupo de alimentos se ha visto muy determinada por el incremento de la imposición sobre las bebidas azucaradas, ya que sin tener en cuenta esta subida, el incremento de precios en este grupo habría sido del 0,6%, tres décimas menos que el mes anterior. Todo ello ha tenido una repercusión al alza en la inflación subyacente y general.

Los precios de los alimentos sin elaboración muestran una mayor aceleración, aumentando su tasa de variación en más de un punto hasta el 2,5% y continúan configurándose como el componente más inflacionista de la cesta, concentrándose las subidas en las rúbricas de legumbres y hortalizas, frutas frescas y carne de ovino. 

Los precios energéticos continúan disminuyendo su ritmo de caída en enero. En concreto, la tasa interanual en este mes de los precios de los productos energéticos ha sido del -1,8%, frente al -6,2% del mes anterior, y se prevé que esta tendencia de minoración de la caída continúe los próximos meses. En enero, el precio del petróleo continuó al alza hasta los 54,6 dólares/barril de media mensual, un 8,8% más que en diciembre. El aumento del precio se debe a las perspectivas de recuperación de la economía mundial y al recorte en la producción de los países de la OPEP+. En términos interanuales aún presenta tasas negativas del -15,2% en dólares y del -22,7% en euros. En los primeros días de febrero el precio se ha situado alrededor de los 60 dólares/barril que, de mantenerse, hará que las tasas interanuales sean próximas a cero en dicho mes. 

El Índice de Precios de Consumo Armonizado aumentó un punto en enero, hasta el 0,4%, y el índice promedio de la Unión Económica y Monetaria se elevó todavía más intensamente, hasta el 0,9%, según recoge el indicador avanzado de Eurostat. Así, el diferencial negativo con la zona euro se sitúa en cinco décimas y se prolonga ya por más de dos años. 

De cara a los próximos meses, la inflación estará condicionada por el comportamiento de los precios del petróleo y el descenso de la demanda de algunos bienes y servicios derivada de la crisis del coronavirus. De cualquier modo, se puede afirmar que estamos en una coyuntura de estabilidad de precios sin presiones inflacionistas.