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Fecha
Economía
12 Jun 2020

El IPC desciende al -0,9% y volverá a tasas positivas cercanas a cero al final de verano

Valoración IPC mayo

En mayo, la inflación se desacelera dos décimas hasta el -0,9%, la más baja desde mayo de 2016, debido al descenso de los precios de los productos energéticos, especialmente electricidad, gasóleo para calefacción y combustibles y carburantes. Los precios de los alimentos sin elaboración disminuyen 1,5 puntos su tasa de variación, hasta el 5,4%. Los alimentos elaborados, bebidas y tabaco aumentan una décima hasta el 2,0%. La inflación subyacente se mantiene en el 1,1%. De cara a los próximos meses, se espera que la inflación continúe registrando tasas negativas, volviendo a tasas positivas al finalizar el verano, aunque cercanas a cero. La intensidad de esta tendencia dependerá de la evolución de los precios del petróleo y del impacto sobre la economía de la extensión en el tiempo de la crisis del coronavirus.

IPC


En el mes de mayo, la tasa interanual del Índice de Precios de Consumo (IPC) se desacelera dos décimas hasta el -0,9%. La inflación desciende significativamente, en línea con la caída de los precios energéticos derivado de la evolución del precio del petróleo.

La inflación subyacente estabiliza su crecimiento interanual en el 1,1%, tasa idéntica a la del mes anterior y muy similar a la registrada durante los últimos seis meses. Analizando sus componentes, se observa que todos ellos continúan mostrando incrementos muy contenidos a excepción de los alimentos con elaboración, bebidas y tabaco. Así, los precios de los servicios mantienen su tasa de variación en el 1,3%, y los precios de los bienes industriales sin productos energéticos disminuyen dos décimas hasta el 0,1%, mientras que los alimentos con elaboración, bebidas y tabaco aumentan una décima hasta el 2,0%.

Los precios de los alimentos sin elaboración disminuyen en un punto y medio su tasa de variación y se sitúan en el 5,4%, aunque continúan configurándose como el componente más inflacionista de la cesta, concentrándose los aumentos más intensos en las rúbricas de frutas frescas, carne de porcino, otras carnes y legumbres y hortalizas frescas.

El INE ha elaborado dos indicadores para conocer la evolución de los precios del grupo de productos más consumidos por la sociedad durante el confinamiento (bienes COVID-19 y servicios COVID-19), dado que la declaración del estado de alarma tiene una repercusión sobre las pautas de consumo de los hogares. Los bienes COVID-19 son productos de alimentación, bebidas, tabaco, limpieza y artículos no duraderos para el hogar, productos farmacéuticos, comida para animales y artículos para el cuidado personal. Los servicios COVID-19 incluyen los servicios de alquiler de vivienda y garaje, la distribución de agua, alcantarillado, recogida de basuras, gastos comunitarios, electricidad, gas, gasóleo para calefacción, servicios de telefonía, música y televisión en streaming, seguros, comisiones bancarias y servicios funerarios.

La tasa interanual de los precios de los bienes COVID-19 se sitúa en el 2,8%, frente al 3,1% del mes de abril, debido fundamentalmente al menor incremento de los precios de los alimentos sin elaboración, que suponen un importante peso dentro de este índice especial.

La tasa interanual de los precios de los servicios COVID-19 se sitúa en el -4,0%, frente al -4,4% de abril, evolución que se ha visto determinada por el menor descenso en mayo de los precios de los suministros (electricidad, gas y otros combustibles).

Los precios energéticos en el mes de mayo intensifican su ritmo de caída. En concreto, la tasa interanual en este mes de los precios de los productos energéticos ha sido del -17,7%, seis décimas menos que el mes anterior.

En mayo, el precio del petróleo invirtió la tendencia bajista de los últimos meses. El crudo Brent rebotó hasta situarse en 27,9 dólares/barril de promedio mensual, tras el desplome que se produjo en abril. No obstante, los precios se mantuvieron en niveles muy bajos, un 61% inferior a los del año anterior. El recorte en la producción, tanto dentro de la OPEP, que ha marcado mínimos desde 2002, como en otros productores, junto a las perspectivas de una reactivación de la economía, a medida que varios países están dejando atrás sus etapas de confinamiento, ha impulsado el incremento de los precios del crudo. En lo que llevamos de junio ha cotizado a un precio medio de 38,6 dólares/barril y los precios de los futuros apuntan a que oscilará cerca de los 40 dólares/barril hasta final de año, por lo que la energía seguirá presionando a la baja a la inflación durante los próximos meses.

El Índice de Precios de Consumo Armonizado se situó en el -0,9% en mayo, dos décimas menos que en abril, y el índice promedio de la Unión Económica y Monetaria también disminuyó dos décimas hasta el 0,1%, según recoge el indicador avanzado de Eurostat. Así, el diferencial negativo con la zona euro se mantiene en un punto porcentual.

De cara a los próximos meses, la evolución de la inflación será negativa, ya que está condicionada por el comportamiento de los precios del petróleo y la caída de la demanda de algunos bienes y servicios derivada de la crisis del coronavirus. En el conjunto del año 2020, anticipamos una tasa media del IPC alrededor del 0%.

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