Los datos positivos de empleo de diciembre invitan a preservar los mecanismos de adaptabilidad de las empresas
El mes de diciembre se cierra con 72.553 cotizantes más y 76.782 desempleados menos, como corresponde a un mes tradicionalmente positivo para el empleo por la campaña navideña.

De esta forma, el número medio de afiliados en diciembre se sitúa en 19.824.911 y el de desempleados en 3.105.905, sin tener en cuenta los excluidos de las listas oficiales por estar realizando cursos de formación o ser demandantes de empleo con “disponibilidad limitada” o con “demanda de empleo específica”.
Estas cifras nos sitúan en niveles de empleo previos a la crisis sanitaria lo que merece una valoración positiva, especialmente, por la mejora relevante en términos interanuales en las mujeres, los jóvenes, todos los territorios y aquellos sectores que habían sufrido más con la pandemia y que todavía se enfrentan a la incertidumbre de la evolución de la situación sanitaria y a posibles limitaciones en el desarrollo normal de la actividad, como la hostelería, que ha crecido en 180.619 afiliados respecto a las mismas fechas del año anterior.
Así, el sector privado ha mostrado un mayor dinamismo en el último mes, donde el sector comercio ha repuntado en 29.346 afiliados más en el régimen general.
También crecen los autónomos en 56.990 respecto a finales del año pasado, aunque permanecen en cese de actividad 108.178, 1.998 personas más que al cierre de noviembre.
Por lo que se refiere a la contratación, la estabilidad en el empleo sigue consolidándose, con 173.784 contratos indefinidos suscritos en el mes de diciembre, lo que supone el 10,33% del total de los contratos formalizados en un mes donde suben las actividades de carácter estacional.
Por su parte, los mecanismos de protección del empleo y de flexibilidad interna, como los ERTES que han mostrado su eficiencia durante toda la pandemia, demuestran su capacidad de adaptación al repunte de la sexta ola.
Así, aumentan en 18.422 los trabajadores en ERTE COVID en los últimos 15 días del mes de diciembre, en la nueva modalidad que fomenta la formación de los trabajadores y la reducción de jornada.
Este mecanismo cobra especial relevancia a partir del 31 de diciembre de 2021 con el Real Decreto-ley 32/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo, implementando de manera estructural el aprendizaje de la pandemia para garantizar la adaptabilidad de las empresas, tanto a causas ETOP como a las derivadas de la pandemia o de otras circunstancias de fuerza mayor, como mecanismo alternativo a la flexibilidad externa, con exoneraciones voluntarias para las empresas.
En este contexto de reformas vinculadas al Plan de Recuperación y Resiliencia resulta especialmente relevante la preservación de los mecanismos de flexibilidad interna de la reforma laboral de 2012 y su impulso en la actual, que serán claves para garantizar la adaptabilidad de las empresas, la mejora de la empleabilidad de las personas trabajadoras y, en definitiva, la creación de empleo.
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