Según las previsiones de primavera que acaba de publicar el Instituto de la Economía Mundial de Kiel, la tasa de paro media del conjunto de países de la UE-28 se reducirá al 6,7% en 2019, cinco décimas por debajo del promedio correspondiente al año 2018.
Grecia seguirá teniendo la tasa más elevada de la Unión Europea con una cifra del 17,4%. Para España, que figura a continuación, el Instituto de la Economía Mundial prevé un nivel de paro del 13,6% en 2019. A pesar de la reducción del desempleo que ha registrado nuestro país a lo largo de los últimos años, todavía tenemos la segunda tasa más elevada de la UE y duplicamos la media de los países europeos. Italia registrará un 10,5%, Francia un 8,7% y Croacia un 8,5%. Chipre y Letonia se situarán en torno al promedio europeo.
Por debajo de la media estarán Finlandia, Suecia y Portugal, con cifras algo por encima del 6%. Bélgica alcanzará un 5,5%, mientras que Dinamarca, Luxemburgo, Eslovenia e Irlanda tendrán tasas de paro cercanas al 5%. En Austria la cifra baja al 4,7% y llegará a un 4,1% en el Reino Unido. Los Países Bajos y Alemania contarán con una de las tasas más bajas de la UE-28, superando levemente el 3%. La República Checa cerrará la clasificación con una tasa de paro del 2,3%.
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Tras la reunión mantenida este jueves con el Ministerio de Trabajo y los sindicatos CC.OO. y UGT para abordar la regulación de los permisos y las adaptaciones y reducciones de jornada, CEOE y CEPYME queremos dejar claro que no se ha tratado en ningún momento de una mesa de negociación.
Se observa una preocupante disminución de la productividad por persona ocupada, directamente relacionada con las ausencias laborales por el incremento de los procesos de incapacidad temporal por contingencias comunes y de una regulación deficiente en materia de permisos.
Desde CEOE y CEPYME lamentamos que el Ministerio de Trabajo y Economía Social se haya levantado de la mesa de negociación sobre la actualización de la normativa de Prevención de Riesgos Laborales para legislar sólo con los sindicatos.
La jornada media efectiva en el sector privado baja a 30,9 horas semanales como consecuencia del incremento de la incapacidad temporal por contingencias comunes y la deficiente regulación de los permisos.