La patronal vallisoletana califica de irresponsables las declaraciones del Secretario de Estado de la Seguridad Social

En este sentido, añade que cualquier incremento de la recaudación debe venir por la vía del incremento de las bases imponibles, es decir, por el incremento de la riqueza de empresas y ciudadanos, y no por la del aumento de impuestos. Indica también que los datos económicos que se conocen estos últimos días reflejan que la economía está creciendo al ritmo más bajo desde el año 2014, que ya hay países de la Unión Europea que están entrando una vez más en recesión, que el consumo interno está experimentando la primera caída desde que se inició la recuperación económica, es decir, que estamos ante un escenario de desaceleración.

Además, CVE recuerda que los empresarios españoles pagan más por cotizaciones a la Seguridad Social que en la UE y en la Eurozona en media, tanto en porcentaje del PIB como en porcentaje de la recaudación impositiva. En concreto -dice-, la media de Europa y la Eurozona no supera el 8% en términos de PIB y el 20% en términos de recaudación, mientras que, en España, la primera ratio se sitúa en el 8,2% y la segunda en el 24,7%.

Si se comparan estos datos con los principales países europeos, en Alemania y Holanda las cotizaciones a la Seguridad Social a cargo de los empleadores suponen un 6,6% y un 5,2% del PIB, respectivamente, claramente inferiores a la cifra de España. En cambio, Francia supera a España, mientras que en Bélgica e Italia tienen niveles similares a España, argumenta la patronal.

En términos de recaudación, España junto con Francia, son los países cuyas cotizaciones sociales que pagan los empresarios suponen un mayor peso, mientras que en el resto de las economías europeas grandes está claramente por debajo.

CVE alerta de que "un incremento en las cotizaciones traen consigo un encarecimiento de los costes laborales, que van a poner en riesgo la competitividad de las empresas, penalizando su actividad y comprometiendo también las inversiones, lo que a su vez impedirá que las empresas puedan ganar en dimensión, y un lastre a la hora competir en el exterior, comprometiendo las exportaciones que nos han ayudado a salir de la crisis, con lo que volveremos a un escenario de destrucción de puestos de trabajo".

Los empresarios de Valladolid consideran que, "de no desarrollarse  políticas que favorezcan la competitividad, tendremos un problema a la hora de crear empleo".