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Fecha
28 Dic 2020

Entrevista a Íñigo Fernández de Mesa en Invertia

El economista y financiero que estuvo al frente del Tesoro en 2012 advierte que los estímulos del BCE no serán eternos y hay que prever ya un ajuste.

Inigo Fdez de Mesa

Íñigo Fernández de Mesa

Presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE) y vicepresidente de la CEOE

Íñigo Fernández de Mesa (Madrid, 2 de junio de 1967) es presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE) y vicepresidente de la CEOE, además de presidente de Rothschild España. Es miembro del Cuerpo de Técnicos Comerciales y de Economistas del Estado y en los últimos años ha ocupado distintos cargos en el mundo institucional.

Fue secretario de Estado de Economía y Empresa y secretario General del Tesoro en los peores años de la crisis financiera. También ha sido consejero del Banco de España y de la CNMV, vicepresidente del FROB o presidente del Sepblac, así como director Ejecutivo por España del Banco Mundial.

En el último año, desde la patronal de los empresarios viene recordando que “apoyar a las empresas es apoyar el bien común” y una mayor eficiencia del sector público para que el privado pueda desempeñar su papel de generar riqueza.

 

El próximo 1 de enero entran en vigor los Presupuestos y los decretos para fomentar la colaboración público privada con un Estado que quiere convertirse en emprendedor. ¿Cómo afronta el mundo de la empresa esta nueva era en la que el sector público lo copa todo?

La iniciativa privada es la clave para la creación de riqueza y el Estado debe intentar apoyar el emprendimiento. Los fondos europeos, en ese sentido, deberían ir en su mayoría a iniciativas privadas y ahí están los 21 proyectos tractores que presentamos y que en teoría van muy en línea con los PERTE [Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica]. La labor de emprendimiento le corresponde al sector privado.

Pero ¿es positivo que el sector público se involucre?

Lo que tiene que marcar el sector público es una estrategia que tenga sentido a nivel global. Que por un lado, que apoye a los sectores que se han visto afectados por la pandemia y por otro, a los sectores de futuro. España, por primera vez, está bien posicionada en dos de los sectores que van a marcar el futuro: la transición energética y la digitalización.

En la transición energética, tenemos empresas punteras y en digitalización, una red de 5G que es una de las más avanzadas del mundo y una infraestructura digital muy potente. Estamos bien posicionados. Ahora hace falta que los fondos se usen bien y que se hagan las reformas adecuadas para asegurarnos que vamos a tener un crecimiento sostenible en el futuro y que se va a crear empleo.

Será un organismo que depende de Hacienda el que fiscalice el reparto de los fondos que se hará desde La Moncloa. ¿Están cómodos los empresarios con ese control?

Es fundamental que haya transparencia, pero también es importante que haya flexibilidad y que los fondos se puedan utilizar. Que los trámites burocráticos permitan mantener la competitividad, que esos trámites no impidan el uso eficiente de los fondos. Veremos cómo funcionan los procedimientos. Es importante reforzar el personal que se encarga de la gestión de los fondos europeos y en la CEOE, daremos el apoyo que sea necesario.

Las previsiones económicas del IEE aplazan la recuperación al año 2023…

Hay tres tipos de países. Los que se recuperan en forma de ‘V’ -como China, que en el segundo semestre ha recuperado el terreno perdido en el primer semestre-. Los países con una ‘V’ asimétrica, como EEUU o Alemania. Y luego, hay otros países donde la recuperación va a ser con forma de ‘K’, desigual. En España, sectores, como la industria, ya están al mismo nivel precrisis, pero hay otros que tardarán más.

La economía española en su conjunto no recuperará el 11% del PIB que vamos a perder este año hasta principios de 2023.

Con esa ‘K’, ¿saldremos de la pandemia con un país más desigual?

Seremos un país más desigual en la medida que haya más desempleo. En la medida que seamos capaces de reducir a niveles razonables la tasa de paro, tendremos un país más igualitario. Lo que realmente genera desigualdad es la altísima tasa de desempleo. Por eso es muy importante que el menor número de empresas quiebre y que haya crecimiento y creación de empleo.

El Gobierno ha anunciado esta Navidad algunas medidas para ayudar a la hostelería. ¿Ayudarán a que sobrevivan más empresas?

En otros países, como Francia o Alemania, se han adoptado medidas más ambiciosas con ayudas directas. Este paquete con incentivos fiscales va en la dirección adecuada. Pero el plan de apoyo a la hostelería es claramente insuficiente.

En mayo volverá a estar sobre la mesa el debate de prohibir los desahucios, ¿es preocupante cómo se está cuestionando la propiedad privada en España? ¿Se instalará la cultura de que no hay que pagar?

Tanto medidas, como la de prohibir los desahucios, como otras que limitan la propiedad privada no son buenas. En el IEE hemos hecho algún estudio interesante sobre el impacto que tiene la propiedad privada en el bienestar y en la igualdad y crecimiento económico. A mayor defensa de la propiedad privada, mayor bienestar y riqueza de las naciones. Por el contrario, cuanto menos propiedad privada, peor.

España, además, es un país que necesita inversión extranjera porque somos el país del mundo desarrollado con más deuda exterior y para financiarnos necesitamos inversiones del exterior. Que haya estabilidad regulatoria y defensa de la propiedad privada es fundamental y todas las medidas antidesahucios generan mucha incertidumbre y preocupación entre los inversores extranjeros y no son buenas.

En materia fiscal, mientras otros países han optado por bajar impuestos, España ha adoptado subidas tributarias.

Los Presupuestos prevén un aumento importantísimo de los impuestos. El 80% de ese aumento recae sobre las empresas y creemos que eso va a lastrar la recuperación. España es uno de los países donde los impuestos son más progresivos. Nuestro IRPF es un 20% más progresivo que la media de la UE. En España, si se suma Patrimonio y Renta, en muchas comunidades autónomas, se paga muy por encima de un 50%. En Alemania, pagar más de un 50% en el IRPF se considera constitucionalmente confiscatorio.

Nuestro tipo marginal del IRPF, sobre todo con Patrimonio, está situado por encima del de Alemania, Italia, Portugal… y el mínimo exento es de los más elevados de Europa. Aquí es de 12.000 euros, pero en Alemania es de 9.000 euros. En España, la progresividad es muy alta porque el que gana menos paga mucho menos que en otros países, como Alemania, y el que gana más paga mucho más. Las empresas pagan una media 7 u 8 puntos más que la media de la UE. Nuestras empresas están muy presionadas fiscalmente y por eso, la reducción del déficit tiene que venir por la vía del gasto.

Hemos hecho estudios en ese sentido y hay margen para dar los mismos servicios, incluso con más calidad, y menor coste. Hicimos un estudio para medir la eficiencia del gasto de la OCDE y estamos en un 14% por debajo de la media. Esto significa que podemos hacer lo mismo con 50.000 millones de euros menos. Esto no se consigue en un año, hacen falta reformas e introducir muchas mejoras. Con mejorar un 4 o 5% ya tendríamos un ahorro sustancial de recursos.

¿Le preocupa más la eficiencia de gasto ahora que el sector público que va a engordar?

Posiblemente vayamos en la dirección contraria. Mayor ineficiencia, más gasto y sin mejorar la calidad de los servicios públicos. Uno de los grandes retos es reducir el déficit público. La Comisión Europea sitúa nuestro déficit público en el 8% en 2022, con la deuda pública en el 123%. Eso son un déficit de entre 80.000 y 90.000 millones de euros, es casi la mitad del presupuesto de las Pensiones. Vamos a tener que hacer un ejercicio de ajuste muy importante y hay que prever y diseñando una política adecuada.

Al hablar de recaudación es importante contemplar la economía sumergida. ¿Es un problema cultural español?

Ese es uno de los problemas que tiene España. Tenemos una economía sumergida que es prácticamente el doble que la media europea y esto hace que si bien es cierto que los ingresos fiscales frente al PIB son inferiores a la media europea, también lo es que los que pagan impuestos pagan mucho más porque la economía sumergida es el doble.

La Agencia Tributaria lleva trabajando en esto muchos años, pero hay mucho que hacer. Es un tema también de concienciación ciudadana, aunque se ha mejorado mucho. Es importante que todo el mundo contribuya para mantener el Estado de bienestar.

En ese sentido, conductas impropias desde instituciones, como la del rey emérito, no ayudan a concienciar…

Al final, lo importante y lo que ayuda es que la Justicia funciona y que si alguien no paga a Hacienda, acaba pagando. Esto es lo realmente importante.

Con los fondos europeos tendremos que adecuarnos a la era de la Inteligencia Artificial. ¿Cómo se puede generar el espacio adecuado para que la empresa española apueste por la robótica?

Una de las iniciativas importantes tiene que ser la inversión en I+D+i. Los fondos nos van a ayudar a invertir en estas partidas. Sobre todo, en la segunda i que a veces se pasa por alto y es la de innovación, la que tiene lugar dentro de la propia empresa.

Es importante que los fondos para I+D+i no se acaben cuando acabe el presupuesto comunitario, que sean proyectos a largo plazo. Y luego, hay que mejorar los incentivos fiscales que sobre el papel son muy altos, pero muy pocas empresas se acogen a ellos porque son inciertos e inseguros. Hay que hacer un sistema más eficiente. España sale muy mal parada en todos los indicadores de I+D+i y es la clave para aumentar la competitividad de la economía.

Sale mal parada, pero no solo por el sector público, también porque las empresas invierten menos. ¿Es un tema cultural?

Los planes de apoyo no están suficientemente bien diseñados para que las empresas los usen. No creo que sea un tema cultural. Es cierto que el tamaño de la empresa española no es muy grande y eso hace que invierta menos en esto, pero también el apoyo público en España, que es un indicador importante, es muy inferior al resto de países y el diseño de incentivos fiscales sigue siendo ineficiente.

¿Cómo se puede reciclar a los trabajadores españoles para reducir el paro?

La formación y la Educación son la clave para asegurarnos que los trabajadores que están en paro porque desgraciadamente su sector se ha visto afectado por la crisis sean capaces de reinventarse y se puedan incorporar a sectores que están teniendo un comportamiento más competitivo. Es fundamental la formación dual y acercar la educación a la empresa.

Hay trabajadores que ya son mayores y no están preparados para la digitalización, pero tampoco se está preparando a los niños y vemos la nueva Ley de Educación pasa por alto este tema…

La educación es fundamental y es crucial y necesario un consenso político. En España hay mucho margen de mejora en la calidad de ese servicio y es fundamental para que la economía sea competitiva y para tener un país que funcione mejor a medio plazo.

¿La polarización política tiene implicaciones económicas?

Que el ambiente esté polarizado y cueste tomar medidas importantes no es positivo. Pero en materia económica habrá que tomarlas en los próximos años para reducir el déficit público a medio plazo. En la medida en la que no haya un consenso político entre los dos grandes partidos va a ser muy complicado poder adoptar las medidas adecuadas.

El plan de reformas que va a exigir Bruselas, forzará a tomar medidas impopulares…

Gobernar implica tomar medidas que pueden parecer impopulares. Hay reformas importantes. El tema fiscal, las pensiones, iniciativas para mejorar la Educación, la simplificación de los trámites administrativos para la empresa, la unidad de mercado… Son decisiones que habrá que tomar y hará falta que haya consenso.

Los estímulos del BCE están permitiendo que se aparquen estas reformas. Incluso se ha conseguido emitir deuda a 10 años a tipos negativos con grandes desequilibrios.

Efectivamente, el BCE está actuando para mantener la estabilidad financiera y el hecho de que esté actuando con contundencia está sirviendo para tener calma en los mercados. Pero, al final, vamos a necesitar poner nuestras cuentas en orden. Esto es algo que no vamos a poder postergar mucho tiempo. 2021 va a ser un año en el que las reglas fiscales no funcionen y en el que el BCE dará apoyo de liquidez, pero a partir de 2022 tendremos que ir pensando cómo vamos recogiendo velas. Es muy importante planificar estas cuestiones y explicarlas al mercado y anticiparse.

En cualquier caso, ¿hacen bien los bancos centrales en apoyar a los gobiernos?

Ahora mismo el BCE está actuando para hacer frente a una situación absolutamente atípica, una crisis que ha sido de las más profundas de la historia. En España, salvo en la Guerra Civil, nunca había caído el PIB un 12% en España o en la UE un 8%. El BCE ha actuado con contundencia para evitar un problema de estabilidad. Pero es una intervención excepcional que no nos va a permitir mantener los desequilibrios a partir de 2022.

Hay que ir planteando qué hacer a partir de entonces porque las reglas fiscales volverán y el nivel de liquidez no va a ser lo mismo. Hay que prepararse porque los mercados pueden actuar de forma muy rápida.

¿El ‘brexit’ será un problema añadido para España o podremos beneficiarnos por la captación de desvío de dinero?

Tenemos muchos sectores que se pueden ver afectados por la desviación del comercio, pero Reino Unido es nuestro principal socio comercial. Exportamos mucho allí, tenemos grandes empresas con intereses allí, más de medio millón de residentes británicos en España y una de las principales fuentes del turismo es Reino Unido. Cuanto más blando sea el brexit y mejor le vaya a Reino Unido, mejor para España. Independientemente de que sí pueda haber algunos sectores que puedan beneficiarse por la desviación del comercio.

Pronto se cumplirá un año de Gobierno de coalición, ¿cuál es su balance?

Ha sido un año muy complicado, de los más complicados de la historia económica de la España moderna. Lo fundamental es que haya pragmatismo. Desde el punto de vista empresarial, la inversión privada, ahora más que nunca, tiene que tener apoyo. Pero, no por el bien de la empresa sino por el bienestar general del país.

Tenemos un 25% de la población activa sin trabajar y recuperar tasas de paro por debajo del 10% va a requerir que un Gobierno pragmático sea capaz de respaldar la empresa; un Gobierno que no aumente el peso del sector público, que no suba impuestos y que además, genere una reducción del déficit público muy significativo.

Se ha producido un aumento del déficit estructural con este Presupuesto y eso no es bueno. Hay muchas cosas que se tienen que mejorar. Todas las medidas que van contra la propiedad privada, generan incertidumbre regulatoria son dañinas para la confianza.

Las medidas adoptadas para paliar los efectos económicos de la pandemia, ¿son adecuadas?

Ha habido medidas positivas como los ICO que han funcionado muy bien porque tenemos un sector financiero muy capilarizado. Los ERTE han sido una buena medida que ha evitado que el desempleo aumente, aunque son un win, win porque si no hay ERTE, a veces hay ERE y ahí paga todo la Seguridad Social.

En materia fiscal, el Gobierno ha sido mucho menos ambicioso que otros. El Presupuesto podría haber sido más ambicioso para las empresas que se han visto dañadas por la Covid. Llejos de apoyarlas, se ha ido en la dirección contraria.