Pasar al contenido principal
Fecha
Fiscalidad
14 Oct 2019

La presión fiscal normativa en España supera en un 8,1% la media de la UE

El diseño de la fiscalidad de los países es clave para mejorar o empeorar su competitividad. Un país con una presión fiscal alta inevitablemente tendrá problemas para atraer inversiones, crecer y generar empleo. En cambio, un sistema neutral y competitivo supone una palanca de impulso para la actividad económica.

media-file-5279-iee-madrid.jpg

Desde este punto de partida, el Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha publicado un informe en colaboración la Tax Foundation, uno de los servicios de estudios de mayor prestigio en Estados Unidos, que subraya las carencias del modelo de impuestos español y que pone el acento en la revisión urgente del Impuestos sobre Sociedades.

En contra de lo que se suele pensar, España presenta unos niveles de presión fiscal superiores a la media del entorno de sus competidores. Uno de los elementos que explica esta circunstancia es que los métodos de cálculo que se han utilizado hasta ahora no corregían el efecto distorsionador que provoca la economía sumergida, muy elevada en España.

Dicho de otro modo, el peso relativo de los impuestos respecto al PIB, lo que refleja esa presión fiscal, era artificialmente bajo porque en el cálculo se había tenido en cuenta la economía sumergida dentro del PIB, que en cambio no genera recaudación.

Por ello, el IEE ha diseñado un nuevo indicador denominado presión fiscal normativa, que refleja la carga de gravamen que el diseño del sistema fiscal introduce en las economías, al margen de la recaudación que obtenga.

Como resultado, en comparación con los países de la Unión Europea, tomando como base 100 el promedio de su conjunto, España sufre una presión fiscal normativa del 108,1%. Es decir, que soporta una carga un 8,1% superior al entorno europeo.

Con todo, más importante que la presión fiscal total, desde la perspectiva del crecimiento a largo plazo y de la creación de empleo, es la parte de la presión fiscal que soportan las empresas, que en España se sitúa en el 10,5% frente a un 9,3% de la UE.

Además, la proporción de la recaudación procedente de las empresas españolas, según Eurostat, es un 30,4%, muy superior al promedio de la UE, que es del 26,2%.

Si el análisis se limita al Impuesto sobre Sociedades, su estructura normativa es mucho más gravosa para las empresas españolas que para las de su entorno en términos de competitividad, como demuestra el informe del IEE. Así, frente a una media de competitividad fiscal del Impuesto sobre Sociedades del 6,4% en la UE, en España este impuesto no supera el 5,4%.

Con la misma metodología de cálculo que la expuesta para la presión fiscal normativa total, el IEE ha procedido a estimar la que corresponde al Impuesto sobre Sociedades. El resultado es que la presión fiscal normativa, derivada de la carga del Impuesto sobre Sociedades es del orden de un 16% superior a la media de la UE.

Actualidad relacionada

Fiscalidad

El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, ha llamado este martes a ceñirse a la ortodoxia económica y el rigor presupuestario necesarios para garantizar la solvencia de las cuentas del Estado, que es “la empresa más importante del país”.

Fiscalidad

El Consejo General del Poder Judicial y CEOE han celebrado, los días 9 y 10 de mayo, las Jornadas Jurídicas sobre “El Hurto Multirreincidente: su problemática socioeconómica y la respuesta penal y procesal”.

Fiscalidad

Tras las diversas informaciones aparecidas en los medios de comunicación en los últimos días, relativas a supuestos avances en cuanto a una nueva  propuesta del sistema de cotización en función de los ingresos reales de los autónomos, las organizaciones empresariales queremos aclarar que de existir esas negociaciones o contactos informales, ni CEOE, ni CEPYME ni ATA hemos participado de los mismos y que la última propuesta a la que hemos tenido acceso y que conocemos fue la que se nos presentó en la reunión del pasado día 28 de febrero.

Fiscalidad

La evidencia demuestra que en las regiones como la Comunidad de Madrid, en las que se apuesta por esta política fiscal, se dan mayores niveles de PIB per cápita, menores ratios de desempleo y se reduce la economía sumergida.