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Fecha
10 Mayo 2018

FIAB pide en el Congreso medidas para promover la competitividad y eficiencia de la industria de alimentación y bebidas

La Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) considera imprescindible adoptar medidas que promuevan la competitividad y la eficiencia del sector y que mejoren el funcionamiento de la cadena, teniendo en consideración a la industria,  que transforma más del 70% de la producción agraria nacional y permite el suministro de más de 120 millones de raciones de comida diarias, según ha destacado el director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo, en su comparecencia hoy ante la Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del  Congreso de los Diputados.

 

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En este sentido, FIAB ha valorado "muy positivamente la Ley de la Cadena Alimentaria", ya que ha conseguido "mejorar el funcionamiento y la vertebración de la cadena alimentaria, aumentando la eficacia y competitividad del sector agroalimentario español y reduciendo el desequilibrio en las relaciones comerciales entre los diferentes operadores de la cadena de valor, aunque se ha solicitado la modificación de algunos artículos de la Ley para, entre otros, otorgar legitimación activa a la AICA, que pueda actuar jurídicamente y hacer públicas las sanciones que imponga".

El director general de FIAB ha recordado que la venta a pérdidas es una acción clara de competencia desleal y confusión al consumidor, que perjudica seriamente a la producción, a la industria y a la generación de empleo, sin un beneficio para el consumidor. “No queremos una legislación proteccionista, pero sí asegurar su rentabilidad y la competitividad de toda la cadena alimentaria a través de prácticas honestas y leales. Por ello consideramos necesario modificar la legislación para incrementar las sanciones y evitar el uso de esta práctica”, ha asegurado Mauricio García de Quevedo.

Durante su comparecencia, también se ha referido a la defensa de la Unidad de Mercado y ha destacado "la importancia de evitar iniciativas legislativas de algunas Comunidades Autónomas que rompen esta unidad, así como otras desarrolladas por estados miembros de la UE, donde se dirigen el 70% de las exportaciones agroalimentarias españolas”.

Además, ha resaltado dos retos importantes para la competitividad del sector en el área internacional como el Brexit y la política arancelaria de EE.UU. hacia productos como la aceituna de mesa, que, a su juicio, pone en peligro toda la filosofía de la PAC. “Tenemos que ser contundentes con ambos países para no ver alterado nuestro nivel de competitividad global”, ha asegurado.

En su intervención, ha destacado también el compromiso de la industria de la alimentación con el fomento de una dieta variada y equilibrada, impulsando iniciativas como la Estrategia NAOS y el Plan de Colaboración para la Mejora de la Composición de los Alimentos y Bebidas (2017-2020).

El director general de FIAB ha recordado que, "aunque España es el país más longevo del mundo con una esperanza media de vida de 82,5 años solo superado por Japón, el nuestro se ha convertido en uno de los países más sedentarios de la UE". A este respecto ha asegurado que “no hay nada más rentable para un país que invertir en educación y en salud. Educar a la población desde edades tempranas en el conocimiento de los alimentos, en la adquisición de hábitos alimentarios saludables y en la práctica de ejercicio físico regular supone aportar a las personas herramientas que les ayudarán a mantenerse sanas”.

Por otro lado, ha hecho un llamamiento para implicar a todos los grupos parlamentarios en la  lucha contra la desinformación y los falsos mitos sobre la alimentación. “Los bulos y los ataques injustificados al sector producen una alarma social injustificada y desprestigian a un sector estratégico que da empleo a más de medio millón de personas”, ha indicado Mauricio García de Quevedo. Otras solicitudes durante su comparecencia se han referido a la importancia del fomento de la innovación, impulsando la colaboración público-privada y la digitalización de la industria; políticas de promoción agroalimentaria que fomenten nuestros productos en mercados alternativos a los tradicionales; medidas que garanticen el mismo tratamiento  en cuanto a calidad, seguridad e higiene a los productos europeos y a los importados de terceros países; y fórmulas que apoyen la dinamización y el dimensionamiento de las empresas del sector.